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Alma Ata: 40 años de salud para todos

La sede de UNASUR en Quito recibió a representantes de toda América con el reto de salud universal 

Publicado: 2017-12-18

Alexandro Saco

El 2018 se cumplen 40 años de la Conferencia Mundial de Alma Ata impulsada por OMS, en la que las naciones de la ONU se comprometieron a lograr “Salud para Todos al 2000”, priorizando la Atención Primaria de la Salud. El reto no se ha cumplido; los Estados y sociedades mantenemos una deuda que saldar. En ese marco, el 11 y 12 de diciembre se desarrolló en Quito, convocada por la OPS: “La salud Universal en el Siglo XXI: 40 años de Alma Ata”.

Participamos representantes de organizaciones sociales, de los Ministerios de Salud, de la academia y de la OPS, analizando lo avanzado, las razones de no haber hecho lo suficiente, los alcances de la organización de los sistemas de salud y su relación con el desarrollo social y económico. El mensaje expresado por Carissa Etienne, Directora de OPS, prioriza la necesidad de que las organizaciones sociales se involucren para sostener los cambios por el derecho a la salud.

Si bien cada país cuenta con un sistema de salud reflejo de su propia dinámica y procesos sociales, hay aspectos que todos asumimos como necesarios para garantizar el derecho a la salud: aplicar e irradiar desde las políticas de salud la intersectorialidad, concentrar al máximo posible los recursos financieros públicos destinados a la salud, colocar la organización y gestión de los servicios del lado de la necesidad de la gente, transitar hacia una formación de los profesionales de la salud que recupere el sentido de la atención y el cuidado, reconocer la participación ciudadana como fuente de los cambios en salud.

POR SALUD UNIVERSAL

Para ello, la OPS ha conformado el “Foro por Salud Universal”, que analizará la situación del derecho a la salud en América y emitirá un informe hacia octubre de 2018; asimismo se ha hecho el llamado a que en cada país los actores de la salud desarrollen acciones sobre los 40 Años de Alma Ata, los retos hacia la salud universal y la identificación de las medidas y acuerdos necesarios para afianzar un sistema que responda a la ciudadanía.

Como parte de la sociedad civil, me tocó participar en las plenarias y exponer en la mesa “Financiamiento para la equidad, eficiencia y sostenibilidad”, al lado de representantes de otras naciones. El mensaje que desde el Perú sostenemos es que ha llegado el momento en que el sistema y sus recursos se coloquen y dirijan a resolver las necesidades de la gente, y no como hasta ahora sucede, que el sistema funcione para responderse a sí mismo, para satisfacer sus procesos, justificando sus limitaciones, normalizando sus sentidos comunes excluyentes y corporativos.

SUMAR Y NO RESTAR

Los sistemas de salud, a pesar de sus limitaciones, cumplen una función relevante desde las limitaciones y precariedades que atraviesan: millones de atenciones, cirugías, emergencias y procedimientos o acciones de prevención en todo el continente, salvando vidas, recibiéndolas o brindando cuidados. Pero ello es absolutamente insuficiente, teniendo en cuenta que en las américas en el 2016 se produjeron 2 millones de muertes evitables con mejores sistemas de salud.

En ese contexto se distinguen dos aspectos relacionados entre sí. Nuestros sistemas de salud necesitan contar con un mayor financiamiento público que al menos llegue al 6% de los PBI nacionales (Perú está en 4% si sumamos MINSA y ESSALUD); pero nuestros sistemas pueden y deben hacer mucho más con los recursos con los que hoy cuentan. Es decir, con una idónea organización y gestión de sus recursos y servicios, así como elevando el trato y reconociendo la diversidad cultural, podemos mejorar lo que hoy tenemos en paralelo a la generación y apropiamiento de recursos para la salud.

Los caminos para avanzar hacia el derecho a la salud son acumulativos, teniendo en cuenta que los sistemas son parte de nuestra historia y reflejan lo que como sociedad somos. Si tenemos sistemas como los que tenemos, es porque son el reflejo de nuestras sociedades, casi sus espejos; por eso, si impulsamos trasformaciones profundas en nuestra salud, ello influirá directamente en el cambio de nuestras sociedades hacia el cumplimiento del derecho y la igualdad que como seres humanos merecemos y aspiramos. Los 40 años de Alma Ata nos retan a de una vez lograr salud para todos.


Escrito por

Alexandro Saco

Corredor, activista por el derecho a la salud.


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