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Desmontando narrativas neoliberales en salud

La disputa narrativa no sólo es por memoria

Publicado: 2017-08-27

Los campos de disputa para avanzar hacia derechos y libertades no se limitan a medidas financieras, programáticas, de organización u operativas. Transformar la realidad de los sistemas públicos requiere afirmar una narrativa universalista, igualitaria y desmontar sentidos comunes impregnados en los últimos 25 años, que han fortalecido la diferencia social y las políticas pro pobres, buscando evadir que la responsabilidad pública es para todos.  

SIS es para los pobres: Falso

Si bien el SIS inició siendo un programa dirigido a la pobreza extrema, luego avanzó en financiamiento y atenciones incorporando a más población, llegando en julio de 2016 a afiliar a 17 millones de peruanos. La magnitud de su avance lo convirtió en la práctica en el otro gran seguro público de salud. Una conjunción de hechos en el gobierno de Humala permitió este avance que nunca fue del agrado del MEF y la tecnocracia, que hoy ha vuelto a la carga para debilitarlo.

Con 17 millones de afiliados era evidente que el SIS había logrado incorporar a buena parte de la población “no pobre” monetariamente, pero “vulnerable”, al inicio de una protección financiera pública en salud. Algunos se refieren a la población que monetariamente supera la pobreza como vulnerable, pero lo cierto es que el 99% de la población es altamente vulnerable frente a una necesidad de salud. ¿Cuántos pueden pagar un tratamiento crónico o de cáncer que llega a 5 mil, 10 mil o 15 mil soles mensuales?

No hay país en el mundo que haya avanzado en salud manteniendo un seguro para pobres, porque un seguro para pobres siempre será un pobre seguro. Lo que hay que desmontar es la narrativa que pretende impedir el avance del SIS, usando como excusa “filtraciones”, temas administrativos o de corrupción. Todos los peruanos que están en el SIS deben permanecer, y los 5 millones que no cuentan con seguro público deben ser afiliados al SIS automáticamente. Ese es el paso para salir de la trampa de la evaluación socio-económica y comenzar a trabajar para que el sistema en conjunto responda a la necesidad de todos en salud.

ESSALUD es de los empresarios y asegurados: Falso

Uno de las mayores barreras para universalizar la salud es la resistencia de empresarios, trabajadores y asegurados de ESSALUD, que se basa en que siendo el aporte producto del trabajo en planilla, eso los aísla de la responsabilidad pública en salud. Veamos.

De los casi 10 millones de asegurados, 5 millones son aportantes y los otros 5 sus hijos o conyugues. De los 5 millones de aportantes casi 2 millones son trabajadores del sector público, cuyos sueldos se financian con los impuestos de todos. En el caso de los 3 millones de trabajadores privados, sus aportes se financian con los ingresos de las empresas que venden en el mercado bienes y servicios a todos los peruanos. No sólo los asegurados que trabajan en empresas privadas compran y destinan su dinero a productos de esas empresas; el mercado es abierto, todos compramos esos productos. Entonces, sea desde el trabajo público o desde el privado, como sociedad financiamos directa o indirectamente el aporte de ESSALUD a su fondo.

La CONFIEP dice que como las empresas financian ESSALUD ellas serían sus dueñas; si fuera así, las empresas europeas serían las dueñas de sus sistemas de salud; absurdo. Pero los trabajadores de ESSALUD también utilizan ese argumento obviando que son trabajadores públicos y por eso tienen derechos mucho más amplios que los trabajadores de una empresa privada que pueden ser sacados cualquier día; ejemplo la incorporación de miles de CAS a la 728.

Por el lado de los asegurados, se ha incorporado el sentido común de apropiación de ESSALUD basado en “yo pago y no tengo porque compartir con quienes no aportan”. Si la diferencia se sostuviera en el aporte como concepto cerrado, los asegurados que aportan 90 soles por ganar 1000 soles, deberían recibir una atención 3 veces menor que los que aportan 270 porque ganan 3000, o 5 veces menor que los que aportan 450 porque ganan 5000. La igualdad en la respuesta a pesar de la diferencia de aportes se llama solidaridad, y es un principio que no sólo debe cumplirse al anterior de ESSALUD, sino en todo el sistema de salud del cual ESSALUD es parte.

TOTEM Y TABÚS

Y así, es necesario desmontar narrativas construidas hábilmente desde “la priorización a los pobres”, que se ha convertido en un palo tótem al que se venera, lo que en la práctica lleva a desatender a la mayoría de peruanos y a mantener un asistencialismo estatal diferenciador y discriminador, que hace que millones deban demostrar su pobreza para lograr atenciones de salud.

Las políticas públicas son universales; si no lo son fortalecen las diferencias y debilitan la obligación de contar con sistemas de salud efectivos. Hay que quebrar el tabú que impide abrir los sistemas públicos a toda la población: espacios en los que todos seamos tratados por igual no por nuestros ingresos. Tumbar el tótem de la pobreza para acceder a salud y desmontar el tabú de sistemas sólo para pobres, es indispensable para orientar el conjunto de recursos hacia toda la población.


Escrito por

Alexandro Saco

Corredor, activista por el derecho a la salud.


Publicado en

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