PPK: Un año de estancamiento en salud
Ausencia de prioridades y manejo político
La mejor forma de hacer un balance de la gestión del sector salud, es acercarse a lo que la gente siente y experimenta cada vez que tiene la necesidad de asistir a un establecimiento de salud público, sea del MINSA o de ESSALUD. Colocarnos en los zapatos de la ciudadanía es necesario. Si bien hay temas técnicos, operativos y de gestión, todos estos tiene un fin central, la atención integral de la salud con calidad, desde el uso óptimo y eficiente los recursos, buscando incrementarlos.
El hecho concreto a un año de gestión del Gobierno de PPK y de conducción del MINSA de la Ministra Patricia García, es que la población que acude a un establecimiento de salud no percibe ni cuenta con mejores condiciones para ejercer su derecho a la atención. Un error fundamental de la conducción sectorial ha sido responsabilizar al gobierno anterior de todos los problemas que se encontraron, y que si bien son reales, ha hecho de la crítica a lo anterior el sentido de su política.
Muchos hemos criticado frontalmente en diversos espacios, medios y protestas la política de salud del gobierno de Humala y los alcances de los cambios legales que se produjeron, ya que no afectaban los problemas de fondo del sistema: desigualdad, desfinanciamiento, segmentación poblacional, privilegio de lo nominal en el aseguramiento frente a la necesidad de cada persona, desregulación del sector privado, entre otros. Y producto de esas críticas y acciones en defensa de salud universal, acompañadas de propuestas programáticas, pudimos lograr llevar la discusión del derecho a la salud al Acuerdo Nacional, que aprobó en agosto de 2015 las líneas de acción para el cierre de brechas en el camino hacia la igualdad en salud.
Este instrumento ha sido dejado de lado por el Gobierno, a pesar de que cada cierto tiempo convoca al Acuerdo Nacional. Pero además PPK ha dejado de lado su propio Plan de Gobierno que establecía medidas mucho más avanzadas que las limitadas orientaciones de política propuestas por el MINSA en este año. Y no sólo eso, sino que el Gobierno y el MINSA han dejado de lado el “Compromiso por la Salud de los Peruanos” suscrito por PKK de puño y letra y entregado por su equipo de gobierno a las organizaciones sociales de la salud aglutinadas en FOROSALUD, en acto desarrollado el 25 de mayo de 2016.
FINANCIAMIENTO
El Gobierno de PPK recibió el sector salud con un presupuesto de 13400 millones de soles para su ejecución en 2016. La propuesta de su plan de gobierno señala expresamente que se aumentará el 0.5% del PBI cada año, es decir unos 3500 millones de soles. Esto se incumplió para el presupuesto 2017, que a pesar de haberlo encontrado avanzado la gestión actual, pudo haberse modificado para al menos llegar a la mitad de ese monto; sólo se incrementó en 300 millones de soles, menos de la décima parte de lo ofrecido.
PPK debe señalar con claridad en su mensaje del 28 de julio el monto de incremento de presupuesto que se propondrá para 2018, y el destino que éste debe tener priorizando el SIS, la inversión en infraestructura y equipamiento y las remuneraciones de los trabajadores. Pero este incremento debe ser parte de una proyección que permita tener claridad acerca del objetivo de trasformación del sistema de salud.
SEGURO INTEGRAL DE SALUD
El salto que el SIS dio durante el gobierno anterior en cuanto a la cantidad de afiliados y a su incremento presupuestal, requería de un enfoque de fortalecimiento, sostenibilidad, relacionamiento idóneo con los hospitales y regiones, agilización de trámites burocráticos que afectan el tiempo y la vida de sus afiliados. Si bien el SIS aun mantiene una lógica de funcionamiento no idónea, al comportarse como un seguro privado y no como un real protector de la necesidad de salud en sentido público, su crecimiento permitía dotarlo de un margen de maniobra en orientación hacia un seguro público.
Luego del escándalo Moreno, desde el MINSA se dio un desubicado manejo de la información y se presentó al SIS casi como una cueva de corrupción; si bien ésta existe en todo el sector público, la imagen del SIS fue afectada ante la opinión pública y ante el propio gobierno. El desinterés por financiar las atenciones de hospitales y regiones, es parte de este mensaje confuso en el que no se puedo diferenciar el sentido del SIS de los hechos punibles.
Y la respuesta vía el DL 1346, fue la de volver al debate y acciones acerca de la “calidad” de la afiliación, las filtraciones, la reevaluación social, la categorización de las personas para acceder al derecho; ello ha impedido avanzar en el debate sobre su expansión y fortalecimiento. Debate en el que al haber dejado de ser el SIS un seguro solo para pobres, ya que tiene más de la mitad de la población nacional afiliada, es necesario analizar sus fuentes de financiamiento, sean las del tesoro y las de aquellos que por su ingreso podrían aportar al fondo SIS y así consolidar la lógica de seguro público de salud.
GESTIÓN Y ORGANIZACIÓN DEL SISTEMA DE SALUD
Debido a que en el país los servicios de salud han crecido de forma desorganizada, ello ha derivado en que no se haya priorizado la necesidad de contar con una lógica de gestión. Cada director de hospital, red o centro de salud hace lo que su sentido común e intuición manda para organizar el enredo administrativo frente el SIS, a las compras, a los recursos directamente recaudados, a las estrategias sanitarias; o lo deja a la inercia que por décadas se ha convertido en la gran organizadora del sistema.
Ante eso se instaló en el 2014 el Instituto de Gestión de Servicios de Salud (IGSS) que tuvo el objetivo de organizar la gestión y homologar los procesos en la red pública nacional. Un error de partida fue que el Vice Ministerio de Prestaciones y Aseguramiento y el IGSS duplicaron funciones, asimismo se generó una nueva burocracia. Pero el objetivo de homologar la gestión que fue su eje comenzaba a dar resultados, lo que afectó intereses enquistados en los hospitales nacionales. El gobierno se dejó arrinconar y apoyó en el Congreso la desactivación de esta institución.
Con esta desactivación el MINSA ha regresado a ser ente rector y prestador de servicios, ya que el IGSS además de ordenar la gestión asumió en su jurisdicción toda la red hospitalaria y de primer nivel de Lima Metropolitana, que ningún alcalde de Lima ha cumplido en asumir. Hoy los más cerca de 4000 millones de soles que administra Lima, decenas de hospitales, decenas de miles de trabajadores dependen directamente de la Dirección General de Operaciones instalada en el MINSA, contribuyendo a la recentralización de las funciones del sector.
OTROS ASPECTOS RELEVANTES
Si bien hay aspectos igual de relevantes que enfatizar: 1) la formación del personal de salud, la carrera sanitaria y la escala salarial que implica una necesaria elevación de sueldos; 2) la necesaria conexión entre la investigación universitaria y la demanda de equipamiento biomédico; 3) el ordenamiento territorial y poblacional de la organización en redes integradas; 4) revertir el debilitamiento de la participación ciudadana al incumplirse las convocatorias al Consejo Nacional de Salud como ente consultivo del sector, y no generase la adecuada relación con los Consejos Regionales de Salud.
SUSALUD Y LAS PAUS
Quizá la labor de SUSALUD como garante del derecho a una adecuada, oportuna e idónea atención, y el impulso de la implementación de las Plataformas de de Atención de Quejas y Reclamos (PAUS) que deben tener hospitales y centros de salud (DS - 030 - 2016), sea uno de los procesos que pueden impulsar de mejor modo los cambios desde el sentir de la población.