Las primeras semanas podía alegarse inexperiencia; los primeros meses falta de ideas claras; hoy lo que sucede es responsabilidad de la Ministra de Salud Patricia García, que está llevando la organización sanitaria a un estancamiento que afecta a todos los peruanos. Decretos de Urgencia que no han solucionado el desabastecimiento, ni aminorado la desatención, ni resuelto los pendientes del SIS, ni las emergencias en salud pública; Decretos Legislativos que no apuntan a garantizar la salud, anulando algunos avances y que en ciertos casos fueron infiltrados por intereses comerciales. Esa realidad convive con decenas de videos pal Face del MINSA de visitas inopinadas. 

Y ahora un ROF carente de lógica sanitaria que enrevesa la básica organización que se había logrado, relegando además a los funcionarios de carrera del MINSA que tienen capacidad de aportar en el mejoramiento y conducción del sector. Desconocimiento de la organización del sistema y de la dinámica del sector envuelven al grupo conductor del ministerio. A casi ocho meses de gestión es claro que a quienes conducen el MINSA la opinión de los distintos espacios de salud poco interesa.

El nuevo ROF agudiza problemas y genera despropósitos. a) La Dirección General de Operaciones recentraliza la gestión dirigiendo y supervisando los servicios en Lima, así como emitiendo autorizaciones, reduciendo así la rectoría; b) Se deja sin brazo operativo y de coordinación regional al Sistema Nacional Coordinado y Descentralizado de Salud (SNCDS), al anular la Secretaria de Coordinación del Consejo Nacional de Salud (SECCOR); c) Se persiste en reglamentar sobre el INEN y las Redes Integradas a pesar de que el DL 1305 está derogado; d) Se relega la Promoción de la Salud a un nivel inaceptable; e) Se elimina la Dirección General de Prestaciones y se elevan a Dirección General procesos instrumentales como el intercambio prestacional o la telemedicina; f) Se recorta de la función de regulación en recursos humanos eliminando el proceso de regulación de la articulación docencia/servicio; g) Se elimina la Dirección de Salud de los Pueblos Indígenas; h) Se convierten las estrategias transversales en Direcciones Ejecutivas verticales; i) Se anula la Dirección General de Políticas de Salud que desarrollaba evaluación para la acción en lógica de sistema; j) Se elimina la Dirección de Atención Primaria en Salud, la Estrategia Sanitaria de Salud Familiar y la Dirección de Salud Ocupacional; k) Se eliminan funciones del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades, quedando sólo las epidemiológicas; l) Se diluye el prioritario trabajo para la seguridad del paciente desarrollado desde la Dirección de Calidad al anularla en la Dirección de Intercambio Prestacional, Organización y Servicios de Salud; m) Se fusionan las Direcciones Generales de Prestaciones y Aseguramiento cuando cada una requiere una dinámica propia; etcétera. Y se convierte a la Secretaria General, responsable de aspectos críticos de la gestión, en un enorme aparato de poder burocrático. Todo ello a un año de haberse promulgado el ROF anterior, lo que significa que no ha habido evaluación para propuestas de cambios organizacionales.

Todo te lo di

La Ministra Patricia García ha tenido todas las oportunidades que una Ministra de Salud necesita para impulsar el sector hacia un momento mejor, pero a la fecha se ha generado una seria crisis institucional, se ha mantenido la desorganización del sistema, y se ha perdido la gran oportunidad de reformar la gestión luego del caso Moreno (a quien hasta la fecha nadie ha podido iniciar un proceso judicial) y de la desactivación del Instituto de Gestión de Servicios de Salud (IGSS).

Los videos de las visitas inopinadas subidas al Facebook del MINSA casi a diario, en las que la Ministra de Salud responsabiliza a funcionarios y trabajadores de las situaciones que descubre, mientras éstos sin éxito tratan de explicar los problemas, expresa una manera de ejercer la función. Estas visitas, que podrían ser una potente forma de solucionar ciertos problemas y desatenciones, se debilitan cuando sólo se dan órdenes sin propiciar diálogos. Claro que el sistema de salud tiene graves problemas y patentes inacciones, pero a ocho meses de gestión éstos son responsabilidad compartida y política de la Ministra de Salud.

La escena contemporánea

Ausencia de dialogo; autoridades del MINSA y asesores sin comprender el momento sanitario hacen borrón y cuenta nueva; SIS reduciendo su responsabilidad; ausencia de una propuesta de prioridades y medidas de política que vaya más allá del Power Point; facultades legislativas mal utilizadas y no autorizadas; incomodidad creciente al interior del MINSA e institucionalidad afectada; desordenada respuesta para los graves retos de salud pública por fenómenos climáticos; servicios de salud en igual o peores condiciones que al inicio del gobierno. En suma, reducción de la autoridad sanitaria y de la conducción en salud.

El ROF debería ser la línea roja que haga entender que la institucionalidad en salud, con todas sus limitaciones, debe defenderse, que el MINSA es de todos. Y eso, para ser impulso de cambio, requiere de la articulación inmediata de los interesados en que la salud del país vaya para adelante.

Contamos con el instrumento en el Acuerdo Nacional en Salud, podemos impulsar el hecho político sacando adelante el Congreso Nacional de Salud en el que las fuerzas vivas determinen las prioridades nacionales en salud, y existe suficiente capacidad conceptual y programática para dar al país una ruta cierta hacia el derecho a la salud.

Pero preferimos seguir mirándonos al espejo, al ombligo o ver fantasmas, capturados por agendas políticas, inmediatas o mínimas. Y eso no es responsabilidad ni culpa de los ministros que pasan por la cuadra ocho de Salaverry, sino de los que construimos y sumamos en salud cada cual por su lado, hasta hoy incapaces de dar el paso aglutinando los grandes retos en salud. La situación actual es también nuestra responsabilidad.

14 3 2017